Que tus Átomos se exciten mientras miradas que buscan otros lugares para el corazón; son basura que se tira en el basurero aquel... Donde conviven los descarnados encuentros con la dicha de estar vivos, triturando el sinsentido de los celos en esta ardiente mescolanza que es apenas el comienzo de una época donde una turba de bravucones apenas se arriesga a tomar una fortaleza... Y es la voz de un chaman ronco lo que hace que el instinto culpable de los depredadores se enternezca en cada nueva muerte y vida del suspiro dulce de la vida.
Fernando Bruma
Bogota (un día antes del concierto del chaman ronco), en la plaza de Bolívar.