Un Mestizo Borracho



He tenido que corregir a la tuerta auxiliar de este circo; -¡Juanita ¡ solamente… gracias. Porque si no le digo algo cordial al terminar mi frase, seguramente se enojara y puede terminar mal la cosa, mejor sigo por donde sus dedos blancos de virgen arrepentida me indican.


El Consultorio


Típicos instrumentos odontológicas de hospital publico, se ve algo de oxido en los bordes de las bandejas y las tapas de algunos medicamentos, la odontóloga ha sido automatamente amable; - siga, tome asiento, ¿Donde le duele?
-Bueno creo que son los nervios de mis muelas de arriba doctora; - haber abra grande;
-¡ahhhh!...
Me marea esa luz y el corazón se ha acelerado de golpe, seguramente tendré que hacer algo, ¿Qué hago?, ¿En que pienso?
-¡Doctora por favor! aplíqueme anestesia;
-pero tiene que relajarse, esta muy tensionada;
y como no estarlo si tengo traumas extraños con el odontólogo de mi infancia, (mientras pienso en esto, aparece una imagen gigantesca en algún lugar de mi mente: una aguja gris muy fría que violentamente arremete contra los nervios de mis muelas; - seguramente esos nervios están entretejidos con todo el cuerpo porque me entra un desaliento doloroso cuando pienso en eso). La doctora ha pinchado cerca de mis muelas y su mano es suave, me debo tranquilizar y debo adentrarme en otro pensamiento para bloquear de esa manera el dolor. La anestesia hace lo suyo en mis labios y en mi mente comienza un tararear el temita de Mario Bros: ¡turuturuturu!, ¡turuturutú!.